En primer lugar, una cooperativa se forma sin ánimo de lucro mercantil. Esto quiere decir que durante la gestión, no surgen gastos extraordinarios. Con el régimen de cooperativas conseguimos eliminar el coste del promotor, entendiendo como tal, la figura que durante años provocaba el encarecimiento del precio de la vivienda.
Por otra parte, la formación de cooperativas funciona como una empresa participativa, es decir, todos los socios cooperativistas tienen la capacidad de auto gestionarse y de tomar decisiones propias, siempre poniendo por delante la satisfacción de sus necesidades. En Gestoraviviendas queremos facilitar esta ventaja para obtener, de esta unión, el máximo beneficio posible.
Por último, la Cooperativa de Viviendas se crea con una doble condición: sociedad y empresa promotora. Por un lado, cada uno de los socios cooperativistas es considerado copropietario, es decir, dispone de plenas facultades para tomar cualquier decisión durante el proceso de gestión de la vivienda. Por otra parte, el conjunto de socios cooperativistas goza de personalidad jurídica gracias a esta unión, siendo adjudicatarios y usuarios de una vivienda, y eliminado así costes extraordinarios.